Parece inimaginable poder vivir sin dinero, en especial cuando todo tiene un costo elevado, pero aunque no lo creas, hay quienes sí lo han conseguido, aunque renuncian a los lujos y a las comodidades.
A continuación te presentamos el caso de irlandés Mark Boyle.
Este hombre solía tener una vida más que cómoda, inclusive sus ingresos le permitían tener un yate. Nunca tuvo problemas económicos, ni quedó en banca rota o algo por el estilo, sino que vivir sin dinero se convirtió en una decisión que tomó por sí mismo y a consciencia.

Él explica que después de tener un acercamiento a la filosofía de Gandhi, tuvo una suerte de revelación que le hizo cuestionarse sobre la manera actual de vivir, de lo que realmente era importante para subsistir: llegó a la conclusión de que el dinero no era imprescindible para poder existir y que, las “necesidades” que teníamos nos habían sido impuestas.

Para iniciar su vida sin dinero, comenzó por preguntarse acerca de las necesidades primigenias para poder satisfacerlas de alguna manera:
– Como alojamiento emplea una caravana que consiguió al ser voluntario en una granja orgánica; la renovó para hacerla autosuficiente a fin de que no necesitara energía eléctrica.
– En cuestiones de higiene, se ducha en un río y usa periódicos para ir al baño.
– Para desplazarse utiliza una bicicleta.
– Para alumbrase prende velas fabricadas a partir de cera de abeja.
– Usaba madera que corta o recoge para calentar su hogar con una estufa hecha a base de un antiguo bidón de gasolina.
– En cuanto a la alimentación, recoge sobras que otros desechan, tiene sus propios cultivos, recoge de la naturaleza o hace trueques.
Esta forma de vida se acerca mucho a la espiritual o va dirigida al contacto con la naturaleza, pero si analizamos a fondo, podríamos percatarnos de que muchas personas en el mundo viven sin dinero y sin filosofía: aquellas que están en situación de calle y no la pasan nada bien.
Fuentes: