Ir al cine es una de las actividades de ocio favoritas de muchos mexicanos, y claro que lo entendemos porque a todos nos gusta disfrutar de una buena película, con excelente argumento, buenos efectos y con grandes actores; aunque durante los últimos años, costear una salida al cine, se ha convertido en algo complicado para muchos de nosotros, gracias a que los precios han aumentado de manera considerable.
Si cerramos los ojos, podemos recordar aquella época en la que ir al cine no era algo tan caro; la entrada costaba unos 25 pesos, las palomitas otros 30 y el refresco unos 20. Si claro, tampoco es como que era lo más barato del universo, pero ahora, estos precios se han elevado a más del doble y asistir a una función, te puede costar más de 500 pesos.
Lo peor del caso, es que los cines siguen atascados cada fin de semana, y cuando nos ponemos a hacer cálculos referentes a sus ganancias, casi nos da el patatús. Imagínense, si durante un estreno, un cine alcanza su capacidad máxima, y cada persona gasta un aproximado de (por lo menos) 300 pesos, ¿se imaginan cuánto ganan en un solo fin de semana las cadenas de cine?
Y es que no es posible que el cine se mantenga como una opción de entretenimiento tan demandada, cuando en México, no se disfruta de la mejor situación económica. Tan injusta es la hegemonía de la que disfrutan distintas empresas, como que los mexicanos seguimos gastando dinero que no nos sobra, en lo que nos ofrecen.
A pesar de que nos encanta el séptimo arte, en muchas ocasiones es muy complicado costear una salida al cine, por lo que quienes se ven beneficiados son los famosos piratas. Estos personajes hacen su agosto, debido a que muchos mexicanos no tienen la posibilidad de asistir al cine –o por lo menos no cada semana– por lo que recurrir a la compra de películas pirata, o descargarlas de manera ilegal, a través de Internet, se ha convertido en la alternativa más sencilla.
Y aunque las grandes empresas han tratado de disminuir el gasto, regalando boletos y dando descuentos, los precios que se manejan, en cuanto a comida, bebidas y golosinas, son sinceramente ridículos.
El entretenimiento en México cada vez es más caro, y eso nos hace preguntarnos: ¿A dónde vamos a parar?