Todos sabemos que una de las peores cosas que se pueden hacer actualmente, es beber agua directo de la llave, esto sin duda puede traer consecuencias graves para nuestra salud ya que la contaminación nos ha invadido, y el agua ha sido el recurso más afectado.
México es el primer consumidor per cápita de agua embotellada en todo el mundo; los mexicanos estamos tan acostumbrados a consumir agua purificada, debido al miedo que nos da recurrir al agua de la llave, y creemos que cualquier alternativa es mejor, aunque muchas veces no tengamos los recursos para acceder a agua limpia.
Las purificadoras de agua se han convertido en la opción más popular para la prole, gracias a su bajo costo. En resumen, las purificadoras son negocios pequeños, dedicados a la desinfección, embotellamiento y distribución de agua en garrafones; dichos negocios operan de forma local, por lo que seguramente hay alguna en tu propia colonia.
Los precios que se manejan en las purificadoras oscilan entre 7 y 5 pesos, y han tomado mucha más popularidad, gracias a que cada día es más fuerte la creencia de que el agua que viene directamente de la llave es de mala calidad. Los hogares de bajos recursos se han convertido en los principales clientes de las purificadoras, ya que la mayoría de la prole no tiene dinero para andar comprando garrafones y agua embotellada de marca.
Todo puede parecer muy padre, pero como todos los negocios en México, muchos aún dudan de la calidad del servicio que se da en las purificadoras, a pesar de que todas están obligadas a mantener a la vista documentos que avalan la calidad del agua que venden, tristemente las autoridades no se toman la molestia de mantener un control de calidad, razón por la que nunca estaremos seguros de que el agua que consumimos está completamente limpia.
A pesar de que estos negocios no se apoyan en estrategias publicitarias, ni mantienen controles de calidad adecuados, actualmente abastecen a 52% de las personas en México y han aparecido en todos los rincones del país, lo que ha provocado que muchas operen de forma irregular, y que no cumplan con las normas sanitarias establecidas por la Secretaría de Salud.
En pocas palabras, desde hace varios años, las grandes empresas trasnacionales se encargaron de “desprestigiar” la calidad del agua en México, invitándonos a consumir miles de litros de agua embotellada, aunque claramente solamente podrían tener acceso a ella quienes pudieran pagarla. Con la aparición de las purificadoras, se mantuvo la creencia de una baja calidad en el agua, pero ahora la prole podría tener acceso a agua limpia, a precios mucho más bajos.
Los hogares de escasos recursos vieron en las purificadoras una salvación, para así poder consumir agua limpia, sin necesidad de andar gastando miles de pesos en garrafones “de marca”. Estos negocios se abastecen de agua “pública” para llenar sus depósitos y posteriormente recurren a sistemas de purificación muy simples.
La opción de las purificadoras es bastante buena, pero realmente esperamos que aquellos que se dedican a esto le den mantenimiento a sus equipos, contraten a personal capacitado y dejen de operar de forma clandestina.
¿Ustedes, han recurrido a alguna purificadora?