Por más que nos parezca increíble, una gran parte de la sociedad mexicana no sabe qué hacer cuando sufre de alguna enfermedad o accidente; de hecho, la mayor parte de la población se termina endeudando de más, para pagar servicios médicos y medicamentos.
62.1% de la población que vive en zonas rurales, utilizan créditos para cubrir necesidades como alimentos y gastos de salud, mientras que en zonas urbanas es el 51.6%. Lo peor del caso es que la mayoría tiene que pagar sus gastos médicos usando sus propios medios, debido a que no cuentan con Seguro Social o seguro de gastos médicos.
Son muchas las empresas en México que no ofrecen ningún tipo de prestación para cubrir gastos de salud a sus empleados, situación que facilita el hecho de que tengamos que endeudarnos de mil formas, para costear alguna enfermedad o emergencia médica. Se estima que los mexicanos gastamos 223 mil millones de pesos al año en servicios de salud privados.
La diabetes y las enfermedades crónicas son las que más gastos generan para la prole, debido a que se han convertido en los males más recurrentes en esta sociedad, derivados de problemas tan graves como la obesidad. El cáncer de mama y las enfermedades del corazón, también se encuentran entre los padecimientos que más dinero hacen gastar a los mexicanos.
Lo más alarmante es que, realizar este tipo de gastos inesperados, afecta directamente a las familias de bajos recursos, provocando que tengan que elegir entre su salud, una buena educación, alimentación o una vivienda digna, aunque claramente, cuando tu propia vida o la de un familiar está en peligro, sacarás préstamos de cualquier lugar o no te preocupará vivir en la calle, mientras puedas costear los servicios de salud.
Una opción que ofrece el gobierno (aunque aún no nos convence) fue la creación del Seguro Popular hace algunos años; se supone que con esta propuesta se extendería el acceso a los servicios de salud para aquellos que no cuentan con Seguro Social, y al mismo tiempo ayudaría a disminuir los gastos, pero lamentablemente el servicio que se ofrece no es el ideal, además de que no cuentan con los medios para atender a toda la prole, por lo que las familias y el gobierno han seguido gastando lo mismo en materia de salud.
Nuestra situación está para llorar, porque muchos simplemente no sabemos qué hacer en caso de un accidente o enfermedad inesperada, ya que no contamos con los medios económicos para recurrir a una institución privada, pero tampoco contamos con seguridad social para que el gobierno realmente nos ayude.
Parece que no nos queda más que rezarle a todos nuestros santos, para que nuestra salud se mantenga intacta, porque si algo nos pasa, nos cae que la deuda que vamos a adquirir, nos va a terminar de matar.