Los mexicanos sufrimos de muchos males, algunos tan mortales, que a la larga han afectado de forma significativa nuestra calidad de vida y, en algunos casos, han provocado hasta una muerte prematura.
Está claro que las enfermedades no son exclusivas de una clase social, aunque se ha demostrado que la prole se ve afectada por diferentes padecimientos, dependiendo de su estilo de vida y costumbres. Especialistas han dado a conocer que las personas que pertenecen a un nivel socio económico alto, padecen de ansiedad y estrés, los cuales desencadenan otras enfermedades como colitis, gastritis, alergias y hasta insomnio.
Otra cosa que afecta con frecuencia a los que mantienen una estabilidad económica, es la hipocondría, situación que los hace pensar que sufren de alguna enfermedad, cuando ésta solamente está en su mente. Ser hipocondríaco es resultado de vivir en un estado de angustia permanente.
Mientras que las clases sociales más altas sufren de enfermedades, muchas veces infundadas o creadas por ellos mismos, hay otros padecimientos como la diabetes, cardiopatías, depresión, obesidad, etcétera, que afectan a ricos y pobres por igual. Desde la década de los 90, la diabetes se convirtió en un asesino silencioso, atacando cada vez a más y más personas al año; actualmente ocupa el primer lugar en enfermedades que deterioran la salud de los mexicanos.
Es claro que el aumento en los niveles de obesidad que se registran en México, maneja una relación muy cercana con la diabetes, las enfermedades cardíacas y los padecimientos renales. En todo México, se tiene registro de más de seis millones de personas que han sido diagnosticadas con diabetes, aunque hay otras muchas que debido a que no cuentan con acceso al sistema de salud, ni siquiera saben que sufren de esta enfermedad.
El cáncer también es un padecimiento que ha ido cobrando más vidas con el paso de los años. En México el cáncer de mama, el cáncer cervicouterino y el cáncer de pulmón, son los más comunes y afectan la vida de miles de personas.
Por otro lado, algunos sectores de la sociedad que viven en pobreza extrema, se ven afectados por los mismos problemas, aunque también tenemos que sumarle las enfermedades infecciosas que se ven desencadenadas por una pobre higiene personal o una mala preparación de los alimentos. Los más pobres, sin duda, aún se tienen que cuidar del agua que beben, de la comida que preparan y hasta del aire que respiran, debido a que, muy frecuentemente sufren de diarrea, fiebre, gripe y otros padecimientos, que pueden no parecer graves, pero resultan complicados de tratar, a causa de que no cuentan con recursos para conseguir atención médica o medicinas.
Como pueden ver, son muchas las enfermedades que pueden afectar y hasta matar a la prole, esperemos que, en algún punto, logremos controlarlas y mantener un estilo de vida mucho más saludable.