La lógica nos dice que quien trabaja no debería de ser pobre, aunque sabemos que en México esto no necesariamente es realidad. Nuestros gobernantes se alzan el cuello diciendo que cada vez generan más empleo, aunque lo cierto es que los niveles de pobreza se han mantenido igual desde hace 25 años.
La prole sufre, porque la pobreza en México tiene como origen la falta de trabajos dignos y los ingresos tan miserables que se le dan, a quienes se parte el lomo trabajando de sol a sol. A pesar de que, tristemente, estamos catalogados como uno de los países que trabajan más horas al día, de la misma forma somos uno de los que tiene uno de los salarios mínimos más bajos, en proporción a la cantidad de horas laborales.
México presume de tener muchos empleos, aunque la mayoría son mal pagados, sin prestaciones y muy matados. 8% de la población mexicana se dedica al sector de la construcción, 9% a los servicios, 11% a la manufactura y fábricas, 18% al comercio y 34% a la comunicación, bancos y gobierno; el resto de la prole se la vive en trabajos informales, o de plano, en el temido desempleo.
Tomando en cuenta estos datos, podemos presumir de ser un país lleno de personas trabajadoras, aunque tristemente la remuneración a cada labor, en la mayoría de los casos, puede llegar a ser considerada hasta una violación a los derechos humanos. El salario mínimo en México ha perdido 75% de su valor entre 1976 y 1996, y de 1997 en adelante ha ido ajustándose en la misma proporción que la inflación, manteniendo su bajo valor y afectando a todos los sectores.
En resumen, no importa cuanto trabajes en México, mientras ganes el salario mínimo estás condenado a vivir en la pobreza, sin posibilidades de mejorar tu situación laboral, debido a que cada vez es más complicado encontrar empleos bien remunerados.
Contar con un empleo bien remunerado es la base para cualquier economía, que pretenda despegar y mejorar. Es por esta razón que muchos mexicanos que viven en la pobreza, piensan seriamente en migrar a otros países, en los cuales quizá van a trabajar lo mismo, pero sin duda van a tener mejores ingresos económicos.
Otro dato revelador es que, a pesar de que los mexicanos cuenten con algún empleo, la mayoría nunca cierra las puertas a nuevas oportunidades y siguen con su búsqueda de empleo, aunque cuenten con cierta estabilidad laboral y económica, esto debido a que sienten que su situación podría mejorar sustancialmente. De acuerdo con un estudio realizado por la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), uno de cada dos mexicanos busca empleo, a pesar de ya contar con uno.
Resulta que vivimos en un país en el que se vale soñar, pero no siempre se logrará encontrar una oportunidad decente para laborar.