Aunque el término fresa, les puede sonar un poco pasado de moda, resulta que es la manera más adecuada de dirigirnos a las tribus urbanas que han surgido en la última década, y que piensan que –literal– son «la última chela del estadio».
Y es que tanto los fresas, como los mirreyes, lobukis y derivados, finalmente, tienden a practicar los mismos hábitos, que tienen como base el consumismo, la popularidad, el dinero y las apariencias.
Hoy nos dimos a la tarea de encontrar los hábitos más comunes de los llamados “fresas”, aquellos seres que en algún momento de la vida han despertado nuestra envidia, y que se encargan de entretenernos con sus fotos en el antro, sus paseos de compras, por los lugares más exclusivos, y sus amistades influyentes.
Consumistas hasta morir
Primero que nada, debemos reconocer que los fresas son realmente insistentes, cuando se trata de gastar dinero y conseguir todo lo que desean. Ya sea con tarjeta de crédito o efectivo, estas personas siempre saldrán de compras para relajarse.
Además de todo, no gastan en cualquier cosa, ¡o no!, ellos gastan en puras cosas de marca, porque ¡Dios los libre de ponerse cosas que la chusma usaría!
La fiesta es su pasatiempo favorito
Nunca falta la imagen en redes sociales, en la que estos personajes nos presumen las botellas carísimas que compraron, al llegar al antro más top de la ciudad. Los fresas siempre tienen contactos en los mejores lugares nocturnos, para así evitar esperar con la prole, y tener la mejor mesa, para pasar una noche divertida.
Les gusta parecer clones
Los fresas disfrutan de convivir con su grupo de amigos y también lucir como ellos, debido a que, en muchos casos se compran ropa, accesorios o hasta mascotas parecidas. Así es, a pesar de la gran variedad de diseños que se ofrecen en el mercado, muchos grupos de fresas, se ven atraídos a verse exactamente igual a su squad (grupo de amigos).
Siempre proyectan seguridad
Podremos criticarlos, pero también hay que reconocer que son las personas más seguras de sí mismas, que existen en la faz de la Tierra. Esto es muy cierto, porque les aseguramos que nunca verán a un/una fresa que no sea popular o que no atraiga a los demás.
Muchas veces, tener esta actitud puede ayudar a las personas a dar una buena imagen, conseguir todo lo que se quieran, o simplemente convivir con más personas, que busquen impactar a los demás.
No nos engañemos, en algún momento de la vida todos hemos querido ser fresas. ¡Ni cómo negarlo!