El gobierno suele vendernos una imagen de las escuelas que está muy alejada de la realidad; de hecho, en sus imágenes de propaganda, nuestro querido gobierno normalmente da a conocer fotografías de escuelas que cuentan con pisos de mosaico, aulas limpias, y hasta laboratorios equipados.
No es necesario que les recalquemos que estas maravillosas escuelas no existen en todo el país, porque resulta que en México, cuatro de cada diez escuelas no cuentan con drenaje, tres de cada diez no tienen agua, y una de cada diez, carece de luz eléctrica y sanitarios, esto según datos del INEGI.
Lo peor del caso es que el gobierno jura y perjura que ha invertido millones de pesos en mejorar la infraestructura de los planteles educativos, aunque claramente, la rendición de cuentas, referentes a dichos recursos, simplemente no está explicada en su totalidad. Desde el gobierno de Felipe Calderón, se han invertido miles de millones de pesos en programas para rehabilitar escuelas, mientras que en el sexenio de Enrique Peña Nieto se han invertido más de 50 mil millones de pesos en programas como “Escuela Digna” y “Escuelas al Cien”.
Como parte del nuevo modelo educativo, propuesto por Peña Nieto y el ex-secretario de educación pública Aurelio Nuño, se plantea que todas las escuelas deben de contar con la infraestructura necesaria para actividades culturales y recreativas; aunque en este sector, también estamos para llorar, ya que en la mayoría de los planteles educativos, ni siquiera se cuenta con espacios adaptados para actividades artísticas.
En más de 40 mil escuelas, se carece del mobiliario adecuado para profesores, mientras que en más de 28 mil, no se tiene el mobiliario necesario para los alumnos, quienes muchas veces no tienen sillas o pupitres para poder tomar sus clases. Se supone que el gobierno garantiza mesas que se puedan mover fácilmente, y sillas cómodas para todos los alumnos, pero no es un secreto que hay planteles en los cuales los alumnos se ven obligados a tomar clases sentados en el suelo, por falta de dicho mobiliario.
Como una “solución”, el gobierno ha propuesto que los directores de las escuelas que no cuenten con espacios para actividades artísticas o deportivas, realicen acuerdos con las autoridades de sus municipios, para que los alumnos puedan usar espacios públicos como albercas, gimnasios y teatros, para cumplir con las competencias marcadas por el nuevo sistema educativo. Otra opción del gobierno es que, aquellas escuelas que sí cuentan con la infraestructura, abran sus puertas a los alumnos de otras instituciones cercanas.
Al gobierno le encanta andarnos pidiendo que compartamos infraestructura, y nos vende un futuro educativo de primer mundo, pero nada más no rinde cuentas de los recursos que, supuestamente, se han destinado para la rehabilitación y remodelación de las escuelas en el país.
Y mientras tanto, la prole sigue tomando clases en escuelas precarias.