Las acciones comerciales que México, en el ámbito internacional, por lo regular, han sido benefactoras para la economía nacional, al grado de generar miles de millones de pesos, tanto por exportación como por importación. Definitivamente, la relación comercial más conocida es la que se sostiene con Estados Unidos y Canadá, la cual se denomina como Tratado de Libre Comercio (TLC).
Además de los vecinos del norte, México sostiene relaciones comerciales con otros países alrededor del mundo, sin embargo, uno de los más importantes es China. Las relaciones bilaterales entre estos dos países se firmaron en 1974, y después de 44 años, la diferencia entre las ganancias es abismal. Para el año 2001, la inversión nacional en productos chinos era de cuatro mil millones de dólares, para el 2005 era de 18 mil 831 millones, para 2014 ya superaba los 65 mil millones, mientras que para 2015 era de 74 mil 872 millones de dólares.
Raúl Feliz, investigador de la División de Economía del CIDE, asegura que las exportaciones de México a China son básicamente materia prima (cobre, plata, aceites, derivados del petróleo, algunos automóviles y productos agrícolas), por lo que se genera una gran inversión por parte del país asiático. Por otra parte, China importa productos con un cierto valor agregado (equipo de cómputo, telefonía celular, circuitos integrados, y unidades de memoria).
Es posible que toda esta situación desfavorable para la economía mexicana se deba a que ni el gobierno ni los empresarios han buscado la manera de llenar las expectativas de los empresarios chinos, así como un desconocimiento del negocio y la cultura asiática.
Cabe mencionar que la inversión directa de China, en los últimos 14 años, fue de 253 millones de dólares mientras que en Brasil fue de 31 mil 400 millones.