Por si no se habían dado cuenta, actualmente muchas marcas de teléfonos móviles han adquirido mucha popularidad, esto no solo en nuestro país, sino también en muchas partes del mundo.
Y es que parece que, finalmente, se ha terminado el reinado del terror que tenía Apple sobre todos nosotros. ¿Por qué pensamos durante tanto tiempo que tener un iPhone era lo mejor que nos podía pasar, y que cualquier otra marca era una porquería bien hecha? Quizá porque en algún momento esto fue una realidad; cuando Steve Jobs aún estaba al frente de la llamada compañía insignia de Cupertino, los productos que nos ofrecían, siempre se mostraban innovadores, simples y nos conquistaban con el primer adelanto.
Ahora, Apple se ha rezagado completamente, nada de lo que hacen es nuevo (de hecho muchas de las funciones que trajo consigo el iPhone 7, ya las podíamos adquirir con otros modelos, mucho más económicos) y parece que quieren que los consumidores se adapten al producto, en lugar de adaptar el producto para los consumidores.
Apple se ha mantenido como una marca de renombre, y es este renombre el que finalmente estamos comprando. Como muchos expertos dicen, al comprar un smartphone de la “manzanita”, estas comprando la marca, no las características ni las innovaciones de un equipo.
Actualmente, y al ver cada vez más alejada la posibilidad de comprar un iPhone, a mil mensualidades, muchos consumidores han tomado la iniciativa, y han decidido probar con otras marcas como Samsung, Huawei, HTC, LG y Motorola, las cuales ofrecen en sus aparatos, las mismas características que tiene el iPhone, pero a precios mucho más razonables. Incluso, en muchos lugares, se califican a otros modelos y a otras marcas como superiores.
Con esto, queremos hacerlos pensar acerca de la hegemonía y la influencia que poseen muchas marcas, consideradas para un nivel socioeconómico más alto, pero que terminan conquistando a la clase media baja, la cual siempre está endeudada, y que sigue consumiendo los productos que están lejos de su alcance.
Al variar y probar diferentes productos, podemos juzgar realmente cómo es su funcionamiento, y el nivel de calidad que manejan. Finalmente, gastar más de 15 mil pesos en un celular, viendo cómo están las cosas en el país, con la delincuencia y la inseguridad, no parece una buena idea, y menos, el endeudarse por miles de meses, para adquirir un teléfono que te dé estatus y que apantalle a tus amigos.
Piénsenlo bien antes de comprar un nuevo celular, querida prole.
Totalmente Prole 