La desigualdad social y económica se encuentra en su punto máximo, la riqueza se concentra en un reducido porcentaje de la población y, en gran parte, son los niños quienes sufren más las consecuencias de las brechas entre clases sociales.
Hoy vamos a comparar la vida que llevan los niños de la prole, aquellos que difícilmente tienen acceso a educación o a una alimentación adecuada, con el estilo de vida que disfrutan los niños que pertenecen a una clase social privilegiada, en la cual la escuela, el agua y los juguetes, están garantizados.
Primero que nada, hablaremos de algo que no todo el mundo toma en cuenta, diversas investigaciones han demostrado que los niños que viven en la pobreza no están expuestos al idioma usado correctamente, razón por la cual no lo utilizan de la mejor forma, cayendo en mala pronunciación, mala ortografía y desconocimiento de algunos términos complicados. El rango de vocabulario de los niños de la prole es menor, mientras que aquellos pequeños que desde temprana edad están expuestos a una cultura del lenguaje más diversa, tienen la oportunidad de expresarse de mejor manera.
Otra diferencia es, que aquellos niños que viven en lugares de un nivel socioeconómico bajo, están expuestos a calles peligrosas, hacinamiento y mucha delincuencia, factores que a la larga podrían hacerlos caer en actos delictivos o convertirlos en víctimas de dicho ambiente. Por otro lado, el estrés en el cual viven los padres, que tienen que luchar para que su familia sobreviva, también es un factor que determina el tipo de relaciones que maneja la prole; de hecho, se ha demostrado que los padres que viven estresados, son menos pacientes y no demuestran su cariño.
Es obvio que todos estamos expuestos de alguna forma a ambientes peligrosos o conflictivos, pero la triste realidad es que mientras un niño se vea forzado a convivir con la delincuencia y la inseguridad en su vida diaria, no podrá incorporarse correctamente a la sociedad, contrario a las oportunidades con las que cuentan niños de un estatus social más alto, quienes pueden vivir en paz, con la única preocupación de estudiar o jugar.
Los pequeños que viven en hogares “privilegiados”, tienen acceso a un ambiente limpio para así evitar enfermedades, mientras que los pobres, tristemente tienen que conformarse con agua que muchas veces no está limpia, con comida que puede hacerles daño e, incluso, muchos de ellos ni siquiera pueden disfrutar de una ducha caliente por la mañana o no pueden lavarse las manos después de jugar.
Aquellos niños que cuentan con recursos, pueden ir con un médico en cuanto se enferman, reciben un tratamiento y con suerte pueden continuar con sus actividades diarias; los niños de la prole, con trabajo tienen dinero para comer, y muchas veces ni siquiera cuentan con la atención médica indispensable para sobrevivir.
La educación también es una diferencia gigantesca, ya que mientras los niños “ricos” cuentan con innumerables oportunidades educativas y laborales, aquellos que pertenecen a la prole, a veces ni siquiera concluyen la educación básica, lo cual los deja sin oportunidades a futuro.
Así las cosas en esta sociedad desigual, ¿ustedes piensan que existen más diferencias entre los niños de la prole y los privilegiados?
¡Esperamos sus comentarios!