Según datos de la Conapo, casi siete millones de mexicanos viven en comunidades aisladas, las cuales no cuentan ni siquiera con los servicios básicos que supuestamente todos deberíamos tener asegurados. Las personas que viven en pueblos alejados de las grandes ciudades, no tienen fácil acceso a ciertos alimentos y productos de consumo cotidiano; tampoco la tienen fácil para recibir educación y servicios de salud, además de que carecen de drenaje, electricidad y agua potable.
Aquellos que viven en poblaciones rurales, ubicadas a más de tres kilómetros de una carretera que opere durante todo el año, y también quienes viven a más de cinco kilómetros de distancia de una comunidad urbana, tristemente tienen que sufrir de las carencias que mencionamos anteriormente.
El estado en el que más se sufre esta situación, es Chiapas, ya que 1 millón 106 mil de sus ciudadanos se encuentran en aislamiento geográfico, y enfrentan día a día la escasez de herramientas para desarrollarse y mantener un bienestar social aceptable. Le siguen: Oaxaca con 1 millón 73 mil personas y Veracruz con 959 mil.
Además, instituciones como el INEGI, han revelado que de las 188 mil localidades rurales que existen en la República Mexicana, el 41% (79 mil), corresponden a la categoría de poblaciones aisladas, situación que afecta principalmente a los campesinos, quienes han visto los sistemas productivos rurales desarticulados y también a los niños, quienes no tienen fácil acceso a la educación, debido a que los centros educativos se encuentran muy alejados de sus comunidades.
En estados como Chihuahua, se registra la mayor cantidad de localidades rurales desconectadas geográficamente, esto fundamentado en que 63% de los pueblos campesinos que pertenecen a la entidad, sufren aislamiento.
Quienes viven en comunidades aisladas, presentan un bajo promedio de escolaridad, además de que 40% de ellos carecen de cobertura de servicios de salud e incluso en algunos municipios como Santiago Nundiche, San Juan Teita (en Oaxaca) y San Felipe Tepatlán (en Puebla), un 97% de la población carece por completo de servicios de salud.
Tristemente, son muchos los mexicanos que se tienen que enfrentar a esta situación, y tienen que vivir su día a día en comunidades que, sencillamente están olvidadas por el gobierno y por la sociedad en general; por esto, en resumen, los pueblos aislados viven atenidos a “lo que Dios les mande”, y no cuentan con oportunidades suficientes para recibir educación, ayuda para enfrentar enfermedades, y mucho menos tienen la posibilidad de ser incluidos en la globalización, de la que tanto se habla en las grandes urbes.
La prole que vive en lugares lejanos, no cuenta con ningún bien material, su única pertenencia, en ocasiones, es la casa que han construido con mucho esfuerzo, pero que probablemente nunca verán llena con sus recuerdos.