A los pobres siempre les va peor

Por ahí dijo alguna vez el difunto John F. Kennedy: “Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”.

Y es que la sociedad en la que vivimos, cada vez se ve más dominada por la delincuencia y los delitos, aunque es necesario resaltar que, aunque todos corremos el riesgo de ser víctimas de la delincuencia, son los pobres quienes están más expuestos y quienes sufren más las consecuencias.

Por lo menos en la Ciudad de México, los pobres son los más afectados por la delincuencia, por el robo a transeúnte o por los robos en transporte público; de hecho, en nuestra querida CDMX, las víctimas de este tipo de delitos por lo regular son personas que pertenecen a las clases baja y media baja del país.

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Y no sólo es el hecho de que la prole esté más expuesta a la delincuencia, sino que tampoco cuentan con la cultura o los recursos para denunciar o reportar dichos delitos ante las autoridades, las cuales tampoco hacen mucho para proteger a los pobres ni para hacer justicia.

Lo peor de la situación, es que los delincuentes que normalmente eligen a sus víctimas de entre la prole, no se llevan más de 200 pesos, cantidad que para ellos puede parecer poco pero que para muchas familias representa el ingreso o la comida de todo un día. La delincuencia en muchos casos, afecta directamente en las necesidades básicas de la prole y si permitimos que la situación siga así, parece que se saldrá de control en poco tiempo.

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Aquellas personas que cuentan con un poder adquisitivo mayor, también son víctimas de la delincuencia, aunque marcan una gran diferencia al momento de recurrir a las redes sociales para denunciar o utilizan sus recursos para que se haga justicia, una situación muy diferente a la de los más pobres. Además, no podemos hacernos tontos, en México entre más dinero tienes, más atención te ponen las autoridades y hasta son capaces de mover cielo, mar y tierra para resolver tu problema, mientras que aquellos que no tienen dinero, en muchas ocasiones son hasta ignorados por la policía o por los gobernantes.

Los delincuentes comúnmente se aprovechan de los más desprotegidos y toman como víctimas a los niños o adolescentes que se dirigen a la escuela, a las amas de casa que andan en el mercado comprando el mandado, a los viejitos que salen a pasear o que andan buscando algún trabajo, para llevarse algo de pan a la boca y sobre todo, se aprovechan de muchos “Godínez”, oficinistas o comerciantes que tienen que recurrir al transporte público para llegar a su trabajo o para regresar a casa.

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Por otro lado, gran parte de la prole se ve obligada a vivir en colonias peligrosas o en áreas consideradas como de alto riesgo, como resultado de su falta de recursos económicos; esta situación los convierte en un blanco fácil para los delincuentes, que nada más andan por las calles viendo a quien “se chingan”, sin ponerse a pensar en que su víctima puede contar sólo con 200 pesos para sobrevivir a la semana.

Pero bueno… aquí tenemos que seguir viviendo.

@TotalmenteProle

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