Gran parte de la población aún no termina de comprender lo que representó realmente, una de las decisiones políticas más polémicas que se hayan tomado en la historia de este bello (aunque complicado) país; resulta que actualmente se comienzan a apreciar realmente los efectos del gran error económico de la Reforma Energética, la cual se aprobó en 2014.

Por varios meses se discutió esta opción, muchos estaban en contra, otros a favor, aunque todos estaban de acuerdo en el hecho de que, al país le costaría adaptarse a esta nueva realidad. Aquellos políticos que la aprobaron, prometieron que el costo de la luz, la gasolina y el gas se verían reducidos, gancho que sirvió para que la prole “viera con mejores ojos” la barbarie que estaban por presenciar.

Resulta que ya han pasado algunos años, desde que se aprobó dicha reforma, ¿y qué creen? ¡Obviamente no hemos visto ningún cambio en los precios de los servicios básicos que mencionamos anteriormente!

De hecho, ahora la situación está cada vez más complicada, por que, a pesar de que los políticos han prometido que no seríamos víctimas de más “gasolinazos” ni alzas en los precios, parece que vivimos en el mundo del revés, por que la gasolina está más cara que nunca y la luz sube y sube, sin que nadie pueda hacer nada.

Originalmente, la propuesta que hizo Enrique Peña Nieto para aplicar esta reforma, propuso la participación de las empresas privadas en contratos de utilidad compartida, en los sectores de exploración y extracción de petróleo y gas, así como en refinación, transporte y almacenamiento; mientras que en materia de electricidad, se permitiría la participación de dichas empresas para generar y vender.

En pocas palabras, se le abrió la puerta a empresas extranjeras para explotar los recursos naturales y energéticos de México, situación que a la larga afectará directamente a nuestro país, ya que muchos especialistas aseguran que esto provocará que las reservas de petróleo que se tienen actualmente, se agotarán mucho más rápido, complicando más la situación que viven PEMEX y CFE.

Otra consecuencia de esta mala decisión, se refiere a los niveles de pobreza que se tendrán en México, a largo plazo; de por sí, gran parte de los mexicanos viven en situaciones decadentes, en cuanto se acaben las reservas petroleras, dichos niveles podrían dispararse, colocando al país en una situación mucho más complicada.

Por si fuera poco, aquellos que aprobaron estos cambios, son políticos que no tienen que preocuparse por las consecuencias de esta reforma, gracias a que tienen sueldos superiores a los que obtenemos el resto de los mexicanos.

Como siempre, la clase política de nuestro país pasó a “jodernos” por que, finalmente, los que siempre terminamos sufriendo y pagando por sus tonterías y negocios turbios somos nosotros, los mexicanos que nos tenemos que preocupar por vivir al día y por salir adelante, con los costos que nos imponen y con el sueldo que nunca terminará por rendir.

Así las cosas en nuestro México, lindo y querido.

@TotalmenteProle