Mientras la situación económica de las personas se vuelva más complicada, más métodos de ahorro nacerán. Ahora entre los jóvenes encasillados dentro de la generación millennial se ha desencadenado a una tendencia llamada nesting.
El nesting consiste en no salir de casa para evitar hacer grandes gastos, pero no salir en serio, ni en días libres, ni en fines de semana, ni en puentes, ni en vacaciones… Sólo se debe permanecer en casa descansando.
Como es de adivinarse, nesting es un vocablo inglés y se traduce como “anidar”, lo cual podría interpretarse como “permanecer en casa para descansar”. Esta práctica, además de que te permite ahorrar dinero, te obliga a reposar adecuadamente, puesto que el tiempo que descansas en casa ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y a estar en un estado óptimo de tranquilidad.

Inclusive, la finalidad primordial del nesting es la relajación, más que el ahorro, por lo que la visión del hogar como un espacio de paz y armonía es muy importante. Una vez establecido esto, se debe tener en cuenta que la casa tiene que estar organizada, limpia y con las condiciones idóneas para relajarse sin obstáculos.
Para llevar a cabo el nesting existen varias posibilidades, como dormir, ver televisión, dedicarte a la jardinería, leer, cocinar, no hacer nada, etcétera, el punto es que se trate de una actividad que no te produzca estrés, por el contrario, que te haga feliz y te dé calma.
El nesting suena muy bien, pero si analizamos el tema a fondo, nos percataremos de que los realmente pobres no pueden aplicarlo. Para empezar, ellos no salen de casa con fines de esparcimiento porque simplemente no les alcanza el dinero, ni tienen el hogar idóneo para “descansar” sin preocupaciones; de ahí que dicho concepto haya nacido desde el contexto millennial y quizá, vale remarcarlo, clasemediero.
¿Tú qué opinas sobre el tema?
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