Los titulados también somos pobres

Muchos de nosotros crecimos con la idea de que una carrera universitaria nos abriría las puertas a un empleo bien pagado y, por ende, tendríamos una mejor calidad de vida. Ahora, que tenemos nuestro título universitario y estamos desempleados o laborando en un puesto que nada tiene que ver con lo que estudiamos, la realidad nos enseñó de golpe que esa percepción es errónea, que está caduca.

Los datos demuestran que el 46% de los mexicanos con formación universitaria están subempleados o trabajan en un área que no se relaciona con su carrera. Se trata pues de información desalentadora, pero real. 

Las causas de esta situación son variadas, empero, es posible mencionar las más recurrentes. Existe una tendencia entre las empresas de emplear sólo con experiencia laboral, por lo que se le niega la oportunidad de trabajar a muchos recién egresados; de igual forma, la explotación demográfica ha ocasionado que exista más demanda que oferta laboral, de ahí que no haya suficientes puestospara todos los titulados.

También es relevante mencionar que los sueldos de una persona con licenciatura son muy precarios, pues un profesionista que ejerce su carrera gana en promedio seis mil pesos mensuales; esta desafortunada cuestión obliga a que los universitarios prefieran desempeñarse en otras áreas que poco o nada se relacionan con sus áreas de estudio. 

La carencia de buenos puestos de trabajo ha provocado que la mayoría de los titulados se autoempleen, trabajen en el sector de servicios o que se encuentren en la informalidad, puesto que es bien sabido que tener un puesto en el tianguis es más redituable que ejercer una carrera.

Sin embargo, la educación se sigue idealizando y son muchos los jóvenes que se empeñan en terminar una carrera universitaria, aunque no podemos descartar que la educación superior entre en crisis, que deje de verse como algo necesario, a fin de transformarse en un lujo asequible para aquellos que poseen un buen nivel económico.

Es muy probable que el propósito que hemos depositado por años en la educación, evolucione, ya que el incentivo monetario dejó de ser el principal motor. Seguramente tú también has pensado: “¿Para qué estudié tantos años si el que sólo terminó la secundaria gana más que yo?”

Fuentes:

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