Dime qué bebes y te diré qué tan pobre eres. Los mexicanos de clase trabajadora, quienes vamos al día y sacrificamos varios gastos cuando queremos salir a divertirnos, sabemos de lo que es no tener acceso a ciertos productos. Por eso la prole vive enferma comiendo comida de mala calidad y bebiendo producto industrial sin acceso a lo artesanal y orgánico.
Ganamos poco, mantenemos familia y generalmente no llegamos a fin de mes. Por supuesto que, en esa situación, cuando se trata de beber no podemos invertir en marcas costosas o pensar en algo artesanal, así que solemos comprar la oferta de la tienda a la que vamos y sin importar mucho la marca.
Por supuesto que nos encantaría poder probar marcas distintas de cerveza, tequila o mezcal, en especial las artesanales que son completamente diferentes a las marcas comerciales, pero eso es un lujo que no podemos darnos.
Seis cervezas de una marca comercial pueden costar entre 60 y 120 pesos, pero una sola cerveza artesanal tiene un costo arriba de los 70 pesos. Por obvias razones es algo que no está en nuestras posibilidades consumir.
Una botella de tequila, charanda o mezcal puede partir desde los 30 pesos en las marcas más baratas. Mientras tanto una marca artesanal puede superar los 500 pesos por botella.
¿Será entonces que como prole no tenemos derecho a consumir productos artesanales?
Actualmente el Senado de la República discute una posible modificación al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios IEPS, aplicado a las bebidas alcohólicas, ya que hoy día fija de acuerdo con el precio, mientras más caro el producto, más impuesto.
Si de por sí una cerveza artesanal es costosa porque su producción no es industrial, sumándole el impuesto se convierte en algo que no podemos pagar.
La idea es que ahora se aplique de acuerdo con el grado de alcohol, así que las bebidas más comerciales pagarían impuestos de forma equilibrada con las artesanales.

Se dice que el precio de las bebidas artesanales podría bajar un poco, así que más personas podríamos tener acceso a ellas y beber cosas con mucha más calidad cuidando un poco la salud.
Lo cierto es que los mexicanos prole no podemos pagar cosas tan caras e incluso tendemos a comprar productos de muy baja calidad sólo por ahorrarnos unos pesos, aún cuando no sean legales o no cumplan con las normas sanitarias.
Ojalá pudiéramos acceder a bebidas mejores, primero por nuestra salud, pero segundo porque eso significa apoyar a las empresas mexicanas que dan empleo y pagan impuestos.
¿Sabían ustedes que las cerveceras más grandes del país, Heineken y Grupo Modelo, ni siquiera son mexicanas y tampoco dejan el dinero aquí? Y por supuesto que no están de acuerdo con la modificación al IEPS porque van a tener que pagar más impuestos, además de competir más directamente con empresas que tiene mejores productos.
Se dice que la recaudación fiscal podría aumentar hasta 20 mil millones de pesos anuales si se hace esta reforma, debido a que muchas empresas podrían hacerse formales y empezar a contribuir al fisco.
En fin, por el bien de la prole como nosotros sería bueno que las bebidas artesanales fueran más accesibles y de precio justo.
¿Ustedes qué opinan?