Si nos detuviéramos a inspeccionar los artículos que tenemos en nuestro hogar, nos daríamos cuenta de que poseemos muchos productos con la leyenda “Made in China”, desde aparatos electrónicos, hasta ropa y calzado, y no es tan complejo adivinar el porqué.
Es mundialmente sabido que lo fabricado en China tiene un precio mucho más bajo comparado con el de aquellos productos de marcas prestigiosas; aunque también se tiene la idea —ahora errónea— de que los productos del país socialista son de muy mala calidad, aunque esto ha cambiado con el tiempo.
Lo realizado en China es mucho más económico porque las fábricas cuentan con mano de obra barata y porque se manejan bajo un esquema económico muy competitivo, cuya principal estrategia es no subir el precio de sus productos aun cuando la lógica del mercado plantee lo contrario.
De igual forma, es de conocimiento popular que los chinos son expertos en realizar imitaciones de artículos de marcas reconocidas, puesto que la manufactura china tiene la capacidad de reproducir casi cualquier producto bajo la misma calidad o, inclusive, superior y ofrecerlo a un precio mucho más asequible.
Así que la respuesta al encabezado de esta nota es simple, los pobres compramos productos chinos porque son mucho más baratos y porque ahora tienen más calidad que antes. Resulta sorprendente cómo el logo, el nombre de una marca, el marketing que hay detrás y el prestigio que se ha fraguado a su alrededor, es capaz de duplicar o triplicar el costo de un artículo.

La prole no debe sentirse inferior a las personas adineradas únicamente por no poder adquirir productos que valen más por su nombre que por su calidad, al contrario, deberíamos considerarnos más astutos por tener buenos productos sin gastar tanto en ellos, o ¿tú qué opinas?
Fuentes:
https://www.google.com/amp/s/m.dineroenimagen.com/2017-06-08/87583/amp
https://www.portafolio.co/economia/finanzas/china-vende-barato-160526