La crisis económica aunada a la apertura de la mentalidad de las personas, han transformado el oficio más antiguo del mundo. En la actualidad podría considerarse que tener un sugar daddy es una manera, aunque sutil, de prostitución; pese a ello no podemos negar las múltiples ventajas que un acompañante adinerado puede traer.
Para tener las cosas claras, un sugar daddy es un término que se aplica a hombres de entre 45 y 60 años que conceden a mujeres jóvenes, de entre 18 y 25 años, una compensación económica a cambio de su compañía, de una relación estable o de un fugaz encuentro sexual; a estas damas se les conoce como sugarbabies.

A su vez, estudios demuestran que los “patrocinadores” no sólo dan recompensas económicas, sino que fungen como mentores de dichas féminas al ofrecer su experiencia como guías financieros o al apoyarlas con los contactos necesarios para avanzar en sus carreras profesionales.
Si bien es cierto que muchas mujeres son sugar babies a fin de conseguir buenas sumas de dinero a cambio de su compañía, hay otro grupo de damas que lo hacen para poder pagar sus carreras universitarias además de darse ciertos lujos, claro está, ya que tener un sugar daddy se ha vuelto un negocio bastante redituable.
Lo debemos plantear así, como un negocio, puesto que se trata de un acuerdo donde ambas partes obtienen lo que buscan.
Si te preguntas si en México es factible conseguir un sugar daddy, la respuesta es afirmativa: un análisis hecho por Seeking Arrangement, la aplicación de sugardating más grande del mundo, reveló que en nuestro país hay cerca de 183 mil 302 sugar daddies disponibles, lo que representa el 34% del total de los registrados en América Latina.
Así que, si tienes lo necesario para ser sugar baby, podrías salir de pobre arrendando tu cuerpo, tu compañía o tu atención; recuerda que en ocasiones sólo se trata de hombres solitarios que buscan una conversación o el sentimiento de saber que alguien está para ellos. Como sea, es necesario liberarte de los prejuicios para acceder a este mundo.
Fuentes:
https://www.entrepreneur.com/article/369616