Dicen que la moda no es para todos, que para vestir prendas interesantes y de calidad debes invertir mucho dinero, por ello los pobres tenemos que conformarnos con vestir de cierta manera. Pero eso no es cierto, si algo nos caracteriza a la prole es la creatividad, lo que incluye buscar la forma de vestir bien a bajo costo; en ese sentido la ropa de segunda mano es nuestra salvación.
En todo el país hay infinidad de tianguis donde podemos encontrar montañas de ropa para todos los gustos y medidas; estas prendas, en muchas ocasiones son de marcas reconocidas, pues los comerciantes compran pacas que provienen de Estado Unidos; así podemos conseguir atuendos que en centros comerciales costarían muchísimo más.
Además, al adentrarnos en la búsqueda de prendas, tenemos la posibilidad de hallar vestimenta única, atemporal, de excelente calidad e inclusive, con suerte, hasta de diseñador. De esta manera, tendremos la certeza de que ninguna de nuestras amigas tendrá el mismo outfit que nosotros. A su vez, como podemos comprar muchas piezas baratas podemos darnos el lujo de modificarlas para volverlas aún más únicas y divertidas.
Esto ha generado que la ropa de segunda mano no sólo sea adquirida por la prole, sino que se haya difundido su uso gracias a los bazares que venden ropa por internet, a las aplicaciones que distribuyen su venta y a la apreciación de la ropa vintage. Ahora también se valora la exclusividad y la diferenciación, por ello lo usado, lo que tiene historia —también conocido como “vintage”— se volvió un medio de expresión para los fashionistas que buscan hablar a partir de su vestimenta, agregándole el plus de que cuidan el medio ambiente.
Los bazares, de igual forma, tienden a modificar la ropa para subir su costo; asimismo, como están conscientes de su unicidad, suelen hacer subastas de las prendas, lo que hace superlativo su valor monetario. A través de estos medios la ropa usada es adquirida y apreciada por personas que no necesariamente son pobres. Sin embargo, nosotros, como no le tememos a los tianguis, podemos conseguir la ropa a precios módicos —casi irrisorios— por lo que inclusive podríamos iniciar nuestro propio negocio basado en la venta de ropa usada.
Fuentes:
Totalmente Prole 