Posiblemente te has cuestionado más de una vez por qué tuviste que nacer en México y no en un país con mejores oportunidades. Si bien la precariedad depende de múltiples factores, es innegable que hay naciones donde se tiene mejor y mayor calidad de vida, donde las instituciones y las leyes de verdad amparan a la población; sin duda, hay países que no son fábricas de pobres.
Aunque parecen reiterativas las menciones a la pandemia por Covid-19, no se pude dejar de lado por todos los estragos que ha dejado a su paso, en especial cuando fracturó los sistemas económicos y sociales de todo el mundo; dado que las restricciones de movilidad y la desaparición de empleos vulneraron la estabilidad de muchísimas familias.
El Banco Mundial afirmó que estamos atravesando la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, que la brecha desigual entre pobres y ricos se amplió por la crisis del Coronavirus y la pobreza aumentó por primera vez en décadas.
Ahora bien, a consecuencia de la emergencia sanitaria, en México alrededor de 2.2 millones de personas se sumaron al índice de pobreza laboral, por lo que se estima que actualmente hay 69.5 millones de mexicanos pobres, lo que corresponde al 55% de la población.
Un país donde más de la mitad de sus habitantes se encuentran en condición de pobreza merece el título de factoría de pobres, indudablemente; además debemos considerar que las consecuencias de la pandemia aún no terminan de presentarse y que el golpe al sistema educativo también traerá un sinfín de problemáticas económicas.

Sin embargo, si sirve de consuelo, México no está siquiera dentro de los 20 países más pobres del mundo. Naciones como Burundi, Sudán del Sur, Malawi, Mozambique y República del Congo sí que merecen el epíteto de fábricas de pobres, puesto que dan asilo a miles de refugiados, además sus habitantes viven en condiciones paupérrimas y bajo ambientes de mucha violencia.
Fuentes: