Así como hay historias donde personas que casi no tenían dinero a base de trabajo duro fueron creando su imperio, también existen historias tristes, donde las personas millonarias quedaron al borde de la quiebra.
Una de las personas que sufrió este destino fue James Altucher, en los 90 fundó una empresa de diseño web llamada Reset Inc. Y la vendió por 10 millones de dólares. Sin embargo, debido a una serie de malas inversiones su cuenta bancaria fue disminuyendo y terminó con tan sólo 143 dólares.
Dorothy Hamill era una medallista de oro en patinaje artístico en la década de los 70, convirtiéndose en una mujer muy popular y con dinero. Pero, al ser una fanática de comprar joyas, comenzó a tener problemas financieros que empeoraron cuando su show Ice Capades tuvo que declararse en bancarrota.
Robert Stiller en 2011 planeaba entrar al club de los billonarios por su empresa Keuring Green Mountain, sin embargo, debido a una serie de gastos irresponsables tuvo que vender acciones, por lo que vio a su fortuna disminuirse.
Maggie Magerko heredó la empresa de suministros para el hogar 84 Lumber, llegando a tener un valor neto de 2 millones de dólares en 2006, pero con la caída del mercado inmobiliario la empresa estuvo al borde de la quiebra. Magerko tuvo que poner sus joyas y cuentas personales en la empresa para evitar la quiebra.
Aunque todos estos millonarios vieron desaparecer gran parte de su patrimonio, lo cierto es que no se quedaron en la quiebra para siempre. Poco a poco, gracias a que escribieron libros o que sus negocios lograron despuntar, amasaron una pequeña fortuna que los hizo vivir cómodamente.
Fuentes
https://www.entrepreneur.com/article/336090
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