En México la desigualdad se encuentra en todos lados y la justicia no es la excepción, el sistema penitenciario está lleno de pobres, pues ellos no tienen los recursos suficientes para pagar un buen abogado o para poder corromper el sistema y salir libres, como lo hacen las personas acaudaladas.

En México el sistema de justicia tiene muchas fallas, pero la principal se encuentra en la famosa frase “eres culpable hasta demostrar lo contrario” , algo que afecta a la población con menores recursos, personas que no pueden contratar un buen abogado que demuestre su inocencia y por lo tanto terminan pisando la cárcel.
Ya lo vimos en el documental censurado por el gobierno titulado “Presunto Culpable”, el cual demuestra la deficiencia del sistema judicial; si te encuentras en el lugar equivocado puedes ser detenido por un delito que no cometiste, teniendo que demostrar tu inocencia por tus propios medios.
También hay otro factor, en las prisiones hay pobres que cometieron un delito, pero no representan un peligro mayor para la sociedad. Nos han querido vender la idea de que las cárceles están llenas de personas peligrosas que son capaces de hacer cualquier cosa, pero la realidad es otra.
De acuerdo con la primera Encuesta Nacional a Población Privada de Libertad (Enpol), realizada en 2017, el 66% de la población de los penales tenia bajos ingresos y solo el 2% realizaba actividades ilegales.
La mayoría de la población que se encuentra en la cárcel está ahí por algún tipo de robo, menos del 10% por portación ilegal de armas y alrededor de tres cuartas partes no han cometido ningún delito.
La vida dentro de los penales es difícil, los verdaderos delincuentes tienen el poder dentro de los sistemas reformatorios y extorsionan a la demás población, la vida adentro es una jungla donde sobrevive el más fuerte; las estadísticas revelan que hay una muerte dentro cada 24 horas.
Estos sitios fueron creados para reformar a las personas y que se puedan reincorporar a la sociedad, pero la realidad es que no es así, son una fabrica de violencia y en algunos casos una escuela del crimen en donde, orillados por la violencia que si vive ahí adentro, muchos presos se convierten en verdaderos criminales para sobrevivir.
Fuente: