Nuestro día a día se encuentra en un constante cambio por la crisis sanitaria mundial causada por el Covid-19 y el inicio del ciclo escolar no es la excepción. Millones de niños regresarán a clases de manera virtual, pero la desigualdad se hará notar y afectará su rendimiento escolar.
En el artículo tercero de la Constitución mexicana se estipula que toda persona tiene derecho a la educación y que debe de ser el Estado quien garantice el acceso de forma gratuita, pero cuando las clases se imparten por medios electrónicos o digitales este derecho no se cumple, pues en México no todos tienen acceso a eso.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha alertado que el 80% de los estudiantes mexicanos de clase alta y el 45% de los alumnos de clase media en educación básica poseen una computadora con Internet en su hogar, mientras que el 20%, entre pobres y en situación vulnerable, no tiene ninguna clase de acceso a ese material.
En México aproximadamente la mitad de la población tienen computadora y conexión a Internet, pero la gravedad es en las comunidades rurales donde sólo 2 hogares de cada 10 pueden tener este beneficio.
Una opción para algunos ha sido endeudarse al comprar un equipo de computo nuevo y contratar un plan de Internet para que sus hijos puedan estudiar, un gasto que no todos pueden solventar, ya que muchos viven al día ganando el mínimo, eso sin contar que una familia promedio tiene de 2 a 3 hijos.
Los más pobres como siempre se verán más afectados, si de por sí la pandemia los puede dejar más pobres, ahora también afectará su conocimiento, lo que se traducirá en un futuro en mayor desigualdad y menos acceso a oportunidades para cambiar su nivel socioeconómico.
Se tienen que implementar planes para ofrecer a la población una manera de poder tomar las clases, ya sea proporcionando el equipo necesario o con ayuda para que puedan adquirirlo.
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