De acuerdo con estudios, muchos son los mexicanos que viven en condiciones de carencia y pobreza aún con un empleo formal. Esto es un panorama bastante gris, pero es algo con lo que estamos familiarizados, lo peor es que ya ha pasado un tiempo desde que esa situación en realidad no ha cambiado para bien y ha empeorado.
En el estudio “Pobreza persistente en México, mercados laborales con bajos salarios” elaborado por la Universidad Iberoamericana, en México los bajos salarios representan una amplia brecha de bienestar en comparación con sus demás socios comerciales de América.
El porcentaje de trabajadores que se encuentran bajo la línea de pobreza monetaria oficial (LB) y ni siquiera cuenta con seguridad social es de 51.7% , y un 64% los que no alcanzan siquiera a comprar la canasta básica.
“La política de inserción de México en el contexto internacional, cuya principal arma de “competitividad” son los bajos salarios, tiene implicaciones no sólo en la ampliación de brechas de bienestar con los socios comerciales de México, sino en la persistente pobreza”, se lee en el estudio.
Para hacer frente a esta situación, el estudio hace hincapié en que haya mayor interacción de política social y política de mercados laborales, es decir, empleos y salarios. Esto podría reducir significativamente los niveles de pobreza, a su vez que garantizaría que la población salga de su estatus económico hacía uno mejor.