Por muy difícil que sea de creer, las personas marginadas que se dedican a recolectar lo que queda de valor de la basura tienen una de las ocupaciones más rentables frente a las crisis económicas actuales y las dificultades para conseguir empleo.
Esta actividad, que no es bien aceptada en la sociedad, pero de algún modo permite que las personas de escasos recursos tengan acceso a comida, se ha convertido en una manera de salir adelante.
Por ejemplo, en Morelos, México, existen alrededor de mil 500 trabajadores que se dedican a recolectar y reciclar basura. Se les llama “pepenadores” y realizan el trabajo sucio de la recolección de basura que nadie más haría.
Desde hace ya un tiempo esto se ha convertido en un buen negocio y de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solamente se reutiliza el 11% de las 86 mil toneladas de basura que se generan diariamente en el país.
Entre 800 y mil 200 pesos gana un pepenador a la semana con la venta de material de reciclaje como PET, cartón, vidrio y aluminio, pero hay otros que logran sacar un poco más de dinero vendiendo objetos que tienen más valor.
Sin embargo, la búsqueda de “tesoros” tiene un precio y es el de la salud, pues el estar entre la basura facilita que las personas se enfermen. Entre algunas enfermedades comunes hay parasitosis internas, es decir, amibas, o externas como piojos, algunos virus, bacterias y hongos. También los pepenadores llegan a tener enfermedades de vías respiratorias, estomacales o de vías urinarias, así que aunque logren obtener algo a cambio, siempre hay un precio que pagar.
Fuente.- https://www.elsoldecuernavaca.com.mx/local/viven-miles-de-personas-del-desperdicio-3832413.html