Por increíble que parezca los trastornos mentales y la pobreza son dos caras de la misma moneda. Es complicado, pero es un hecho que personas indigentes son propensas a tener problemas psiquiátricos.
Aquellas personas que caen en problemas psíquicos tienen muchas posibilidades de que su salud mental se vaya deteriorando, pero los que ya padecían algún trastorno se encuentran en la peor situación, pues su padecimiento se puede agravar mucho.
Por ejemplo, los niños que lamentablemente nacen en familias más pobres, que viven en zonas marginadas o barrios humildes y degradados, presentan más complicaciones de su estado de salud que a la larga influyen en su desarrollo psíquico. Pero al mismo tiempo existen los que caen en situación de pobreza por problemas sociales violencia o marginación.
En general, todos los niveles de edad son vulnerables a trastornos mentales por cuestiones de pobreza, violencia e incluso adicción a las drogas. Esto sucede porque son factores que detonan la depresión, bipolaridad y esquizofrenia.
Se sabe que la salud mental es un problema de salud pública, sin embargo no se le da la prioridad en la agenda or escasez de infraestructura, de recursos humanos y financiamiento insuficiente, además de una resistencia a incorporar a la salud mental en escuelas de nivel primaria e incluso hospitales generales.
Es lamentable que no exista en México una infraestructura sólida y una red integral de servicios para la salud mental, especialmente en sectores vulnerables de la población, lo que hace que aún se mantenga esa visión y estigma sobre las personas que padecen un enfermedad mental con cierta discriminación, llegando incluso al desprecio.
https://elpais.com/diario/2010/04/23/catalunya/1271984840_850215.html
Totalmente Prole 