Alrededor del mundo, existen diversas costumbres, que ayudan a un país a mejorar social, económica y culturalmente. Por eso, el día de hoy, les tenemos algunas costumbres que sigue la prole de otros países, para que las analicemos y pensemos seriamente en adoptarlas.
En primer lugar, tenemos a los japoneses; no cabe duda de que el pueblo japonés es uno de los más educados, además de que sus hábitos de higiene, son mundialmente conocidos. Por ejemplo, en Japón, es común que en todas las residencias se cuente con un genkan –un escalón bajo la entrada principal– en donde dejan sus zapatos, para evitar que los contaminantes traídos de la calle, entren a la casa; esto también ayuda a mantener los espacios limpios.
Pero eso no es todo lo que hacen los japoneses, además, usan tapabocas en su vida cotidiana, para evitar alergias, o contagios de virus; también se les conoce por no tirar basura en las calles, separar la basura y hacer ejercicio en conjunto, antes de comenzar sus labores diarias.
Moviéndonos a otra parte del mundo, llegaremos al Reino Unido, en donde las personas son muy disciplinadas, y extremadamente respetuosas de los modales; de hecho los británicos, le dan mucha importancia al saludo y a la despedida (aquí nadie te dejará con el brazo extendido, ni evitará contestarte un simple “buenas noches”). Otra característica de los ingleses, indudablemente es la puntualidad, cualquier clase de retraso, aunque sea mínimo, es considerado como una gran falta de respeto.
También, vale la pena darle una mención honorífica a los canadienses; no es raro que escuchemos muy poco sobre Canadá, en las noticias, ya que estamos hablando de un país que evita los problemas y que disfruta el vivir de forma tranquila y armoniosa, respetando los derechos y obligaciones de cada ciudadano.
Los canadienses creen completamente en la igualdad, en la libertad de culto y en la colaboración social, por lo que la equidad de género es algo que se respeta, así como las diferentes creencias. De la misma manera, demuestran su preocupación por el medio ambiente, ya que los ciudadanos se dedican con frecuencia a actividades ecologistas, y la mayoría utiliza vehículos eco–amigables, como la bicicleta y el transporte público.
¡Vaya que suena bonito vivir de esta manera!, ¿no?
Quizá llegó el momento de que tomemos en cuenta los ejemplos que nos dan algunos países, y modifiquemos un poco la forma en la que nos relacionamos como sociedad.