Por más que nos desagrade el término, debemos decirles que recientemente nos enteramos de que, en varias partes del mundo, reconocen a los mexicanos por maleducados. Exactamente, así, tal cual, resulta que muchas personas consideran que México está lleno de gente maleducada.
¿A qué se debe esto? Pues parece que en este país, carecemos de hábitos de urbanidad y respeto por los demás, así como la falta de buenos modales.
A pesar de que podemos echarle la culpa al modelo educativo con el que contamos en el país, la mayoría de las cosas, que nos definen como un pueblo maleducado, están en la manera en la que nos relacionamos con el entorno y con nuestros semejantes.
Además de la falta de educación, y el gran número de mexicanos que no tienen acceso a la misma, resulta que las personas que sí cuentan con cierto nivel educativo, en muchas ocasiones no respetan las reglas de convivencia, ni a los demás; este fenómeno, se puede observar perfectamente, cuando evitamos cederle el asiento a personas de la tercera edad en el transporte público, o cuando no respetamos las reglas de vialidad.
Por otro lado, las nuevas generaciones son cada vez menos consideradas, a tal grado que, actualmente tenemos que soportar, que muchos jovencitos se la vivan pegados a su celular, sin prestar atención, o ignorando, cuando se necesita de su opinión, ayuda o consideración.
Como dirían nuestras abuelitas: “una nalgada a tiempo, es el mejor correctivo”; y es que, es realmente triste, ver como muchos padres, actualmente, permiten que sus hijos sean groseros y nos demuestren ningún tipo de consideración hacia los demás. Los tiempos han cambiado mucho, y si antes, se nos obligaba a ser educados, parece que ahora, esto no existe en el vocabulario de los padres de familia.
Si no contamos con una buena educación desde la casa, será muy difícil que logremos cambiar las costumbres y problemas que se tienen en el país. Nos urge respetar las reglas de convivencia básicas; de hecho, sonreír, convivir o simplemente decir buenos días, puede cambiar completamente la manera en la que los mexicanos nos relacionamos actualmente.
No se trata de obligar a nadie a hacer algo, solamente de inculcar valores, que nos ayuden a convivir como sociedad, y nos permitan relacionarnos con los demás, entenderlos, para así, dejar de juzgar y de faltar al respeto.
Ya saben prole, no hagan a sus pequeños maleducados, y si ustedes creen que lo son, parece que llegó el tiempo de que mejoren en este ámbito.
Lo decimos por el bien de todos.