Ser “prole” no necesariamente significa ser ignorante, pero en nuestro país, como en muchos otros del continente, la pobreza tiene una mejor amiga llamada ignorancia; casi es su madre, mama de ella para seguir creciendo; el sistema la usa en su beneficio, y el resultado termina siendo una desigualdad más desgarradora.
De ahí mismo, de la ignorancia, de la buena fe, de la falta de trabajo, nace la posibilidad de lucrar con la necesidad, y es que todos, o casi todos, hemos visto uno de esos anuncios pegados en un poste, donde el Licenciado Ramírez, o la Ingeniera González “solicita personas de entre 17 y 60 años para ganar 3,000 pesos semanales” empacando lo que sea, trabajando en casa, o como asistente personal.
Suena tan bien, que nos hace pensar que en México no hacen falta empleos de calidad, y que todo marcha bien; el problema es que no es real, y empresas “fantasma” de este tipo, abren y cierran sucursales todos los días, aprovechándose de la necesidad de la prole.
La historia es bien conocida para algunos: llamas, te dan una cita, te “terapean” con pláticas motivacionales, pagas tu credencial, te ponen “a prueba” vendiendo, regularmente perfumes o productos de valor dudoso, para que los vendas; dejas dinero en garantía y después desaparecen, dejándote con más problemas que cuando llegaste.
Pero para algunos, que desgraciadamente no son pocos, suena tentador acudir a ese despacho, o llamar por teléfono, sólo para caer en la trampa.
Por eso esta advertencia: no se haga rico, la mejor solución, si es que hay alguna para el ‘prole’ como usted y como yo, o al menos la que está más cerca de nuestras manos, es la capacitación, la educación; no me refiero sólo a capacitarnos a nivel técnico o para un oficio solamente, cualquier tipo de formación, académica o no, que nos ayude a expandir nuestra mente, es más efectiva para el crecimiento económico, que cualquier “empleo milagro”.
Así que, ¡no te hagas rico, capacítate! Aquí te dejo una liga donde podrás acceder a cursos gratuitos, impartidos por la UNAM:
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