Un informe realizado por la ONU Mujeres señaló que en América Latina hay 124 mujeres que viven en pobreza extrema, por cada 100 hombres, y en 89 países existen 4,4 millones más de féminas que viven en condición de pobreza extrema en comparación con los ellos. Esta situación, además de ser alarmante, nos demuestra el bajo o nulo crecimiento en materia de perspectiva de género.

El informe con el título “El progreso de las mujeres en el Mundo 2019-2020”, es un documento que, además de mostrar las áreas de crecimiento para las mujeres durante ese tiempo, también arroja una realidad que muchos no quieren aceptar: ser mujer es señal de vivir en estancamiento educativo, social, cultural y laboral. La vulnerabilidad es parte de esos datos por la figura del patriarcado en todos los sentidos.
Aspectos socioculturales son los que más visibilizan la falta de oportunidades debido a que la sociedad y los gobiernos siguen sin tener políticas clara y contundentes sobre perspectiva de género. A pesar de haber mayor inclusión en diferentes campos, los hombres siguen teniendo una amplia ventaja, sobre todo en materia económica y laboral.
Los derechos de las mujeres no tienen el mismo valor en todos los países lo que ocasiona que se le siga viendo como ese ente que ha construido el patriarcado en torno a su figura, es decir, sólo con responsabilidades reproductivas, destinadas a las labores domésticas, frágiles y sin una participación importante.
Bajo estos estereotipos es que la sociedad se sigue rigiendo y reproduciendo conductas hostiles hacia ellas, por lo que de manera histórica, están ligadas al rezago educativo y por ende económico.
Por ello es que no se les presentan mejores oportunidades laborales en empresas, se les mantiene en puestos con “tareas sencillas” o, por el contrario, experimentan una carga laboral excesiva, bajo el pretexto de que el mismo trabajo puede realizarlo un hombre sin ningún problema.
Ante este problema se invita a todas a sumarse a las manifestaciones en favor de la igualdad de condiciones, ya sea en una protesta colectiva o haciéndolo de forma personal con tal de visibilizar la jerarquía patriarcal que trae todos estos escenarios y problemas que no les permiten desarrollarse plenamente, y que sólo es producto de una falta de empatía y comprensión del activismo feminista que lucha por eliminar esas etiquetas.

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