En México existen lugares especiales, donde por un módico precio puedes obtener sopa aguada, sopa fría, un plato fuerte, agua y en ocasiones postre, estos lugares son conocidos como cocinas económicas. A continuación te hablaremos un poco sobre su historia.

Estas cocinas nacieron en las periferias de la Ciudad de México, el trabajo era escaso y las bocas que alimentar eran muchas, en respuesta las mujeres comenzaron a reunirse y cocinar en la mejor cocina disponible, para así poder vender sus guisos a la gente que trabajaba en la cercanía.
Con sus cazuelas y su búsqueda de tener un ingreso extra, poco a poco esta forma de comer se fue popularizando en todo el país, pues se obtenía una cocina casera con poco tiempo de espera, haciendo que la persona que asistía a la cocina pudiera llenarse sin dañar su bolsillo.
Estos establecimientos, a diferencia de los restaurantes porfirianos, tivolis y cabarets, tuvieron un origen cien por ciento popular, siendo parte activa de la cultura mexicana.
De hecho, según el “Acercamiento a la historia culinaria de México en el siglo XX”, de la doctora Clementina Díaz y de Ovando, “los mexicanos adoptamos un hábito de comer con orden gracias a su influencia, pues anteriormente todo lo preparado se ponía en la mesa sin más. Nos enseñaron a comer sopa aguada, sopa seca, guisado, frijoles y la cortesía de la casa: el postre”.
En la actualidad existen muchos tipos de cocinas económicas, demostrando el poder que tuvieron esas primeras familias que buscaron ganar unos pesos extras mientras alimentaban a cientos de personas, siendo una tradición que probablemente prevalecerá durante mucho tiempo.
Fuentes
https://gourmetdemexico.com.mx/comida-y-cultura/cocinas-economicas/