Y no, con esta frase no pretendemos ofender a nadie, solamente queremos iluminarlos con un poco de verdad; la famosa frase: “Al pueblo, pan y circo”, tiene su origen en la Roma antigua, aquella en la que el gobierno se encargaba de distraer al pueblo con brutales espectáculos y comida muy barata, para así mantenerlos tranquilos, y poder administrar el futuro de todas las personas a su antojo.
Ahora que saben esto, pueden ver que las cosas no han cambiado mucho, a pesar de que han pasado muchos años; y México es un ejemplo perfecto para retratar esta realidad, ya que, nosotros nos conformamos con lo mismo, mientras nos tengan entretenidos y bien comidos, vamos a estar tranquilos, y sólo unos pocos, se atreverán a desafiar todo lo que nos imponga el gobierno.
No podemos atrevernos a negarlo, porque forma parte de nuestra cultura; los mexicanos somos uno de los pueblos más alegres del mundo, para nosotros todo es fiesta, alegría, baile y diversión, ¡y eso está perfecto! Lo malo es que el gobierno, siempre ha tomado ventaja de esa “ingenuidad”.
Hay una razón para que el gobierno y las grandes corporaciones, nos regalen espectáculos masivos, para distraernos de las causas que están afectando realmente a nuestra sociedad; por otro lado, durante las campañas políticas, los partidos se desviven para regalarles a las personas comida y algún espectáculo, medio decente, para ganarse su voto. Total, que todo es una mafia, y nosotros nada más somos el medio que utiliza la clase política para imponerse.
Aunque, a pesar de todo, no debemos sentirnos mal porque nos utilicen de esta forma, ya que, finalmente, necesitamos del entretenimiento, ya sea mediante espectáculos dramáticos, deportivos o musicales; lo que debemos evitar, es ese hábito de permitir que cambien o manipulen nuestra ideología, para que todos ellos puedan hablar en nombre de toda la prole.
Debemos festejar, en el momento en el que todas nuestras necesidades se vean cubiertas, ya que, indudablemente, nuestro país sería un lugar mejor si regaláramos buena educación, en vez de entradas para algún concierto; o, por otro lado, urge que nos pongamos a pensar en lo que realmente importa y lo exijamos…
Hasta ese momento, este país tendrá algo que celebrar.
¿O qué opinan, prole? ¿Piensan que un espectáculo es más importante que nuestras necesidades más básicas?
Piénsenlo y ahí nos cuentan sus conclusiones.