Hoy en día, vivimos pegados a las redes sociales y a las pantallas, tanto por trabajo como por diversión. Aunque parecen inofensivas, este uso constante puede llevarnos a un problema serio: el burnout digital. No es solo “estar cansado del celular”, sino un desgaste mental y físico que afecta nuestro estado de ánimo, sueño, energía y hasta nuestras relaciones.

El burnout digital se da cuando estamos sobreexpuestos a notificaciones, chats de trabajo a cualquier hora y un ritmo acelerado de conexión. Según un estudio de ManpowerGroup, el exceso de tiempo en redes sociales es la principal causa de este problema, con más del 36% de los encuestados señalándolo como detonante. Le siguen los mensajes laborales fuera de horario y las notificaciones constantes. Todo esto crea un ciclo de estrés que nos agota.
Los síntomas más comunes van desde falta de motivación y problemas de concentración hasta irritabilidad, insomnio y dolores físicos por el estrés. Y aunque afecta a cualquiera, quienes trabajan con redes, como los community managers, lo sufren más porque viven conectados para monitorear, publicar y responder a todas horas.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar que la tecnología nos consuma? Lo básico es poner límites claros. Por ejemplo: definir horarios para usar redes, silenciar notificaciones que no sean urgentes, y desconectarte completamente cuando no estés trabajando. También sirve darle un descanso a tu vista (se recomienda alejarte de la pantalla cada 30 minutos), moverte un rato (caminar, estirarte o salir a tomar aire) y dormir bien, dejando el celular al menos una hora antes de acostarte.
Otra clave es organizar tu tiempo: en lugar de revisar las redes cada dos minutos, establece bloques para responder mensajes, programar publicaciones y planear contenido. Y si de plano sientes que ya estás saturado, prueba con un detox digital: un fin de semana sin redes ni pantallas para recargar energía.
Al final, no se trata de dejar de usar tecnología, sino de encontrar un balance. Las redes y los dispositivos pueden ser herramientas poderosas, pero solo si no dejamos que controlen cada momento de nuestra vida. Si aprendemos a usarlas con medida, podemos evitar que el burnout digital nos robe la calma.
Fuentes: